miércoles, 7 de marzo de 2012

A COCACHOS APRENDI


LA ESCUELITA

A cocachos aprendí 
mi labor de colegial 
en el Colegio Fiscal 
del barrio donde nací.

Tener primaria completa 
era raro en mi niñez 
(nos sentábamos de a tres 
en una sola carpeta). 
Yo creo que la palmeta 
la inventaron para mí, 
de la vez que una rompí 
me apodaron “mano´e fierro”, 
y por ser tan mataperro 
a cocachos aprendí.

Juguetón de nacimiento, 
por dedicarme al recreo 
sacaba Diez en Aseo 
y Once en Aprovechamiento. 
De la Conducta ni cuento 
pues, para colmo de mal 
era mi voz general 
“¡chócala pa la salida!” 
dejando a veces perdida 
mi labor de colegial.

¡Campeón en lingo y bolero! 
¡Rey del trompo con huaraca! 
¡Mago haciéndome “la vaca” 
y en bolitas, el primero...! 
En Aritmética, Cero. 
En Geografía, igual. 
Doce en examen oral, 
Trece en examen escrito. 
Si no me “soplan” repito 
en el Colegio Fiscal.

Con esa nota mezquina 
terminé mi Quinto al tranco, 
tiré el guardapolvo blanco 
(de costalitos de harina). 
Y hoy, parado en una esquina 
lloro el tiempo que perdí: 
los otros niños de allí 
alcanzaron nombre egregio. 
Yo no aproveché el Colegio 
del barrio donde nací...

Nicomedes Santa Cruz (1958)


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